Mi nombre es Alejandro Adrián Trognot. Tengo años, empecé a consumir drogas a los 15 y no pare hasta los 30 años. En mis primeras etapas de consumo, pude lograr aprender un oficio y desarrollarme en herrería publicitaria no sabiendo que el fin de todo lo que puede haber logrado las drogas me lo iban a quitar. Arme mi familia, mi hija nació cuando tenia yo 25 años de edad, creía que eso era mi momento para comenzar un nuevo camino en mi vida, lo cual no fue así, estuve en miles de lugares ambulatorios y yo seguía igual o peor, paraba unas semanas y luego otra vez la misma canción, mi vida junto a la cocaína, marihuana y alcohol. Empezó una cuenta regresiva que me acercaba cada vez más a la muerte y la desolación, vi la soledad a los 27 años de edad, me separo, dejo a mi esposa y mi hija y me voy a vivir con una mujer que en el pasado fue mi compañera de primaria, creyendo otra vez que la solución y el infierno que estaba viviendo iba a tener un buen fin, pero tampoco fue así, al contrario, mi situación empeoro. Hasta entonces trabajaba bien, era encargado de un taller de herrería en una empresa importante de publicidad, casi que diría el nº 1 en poli rubro y para no cortar la seguidilla de fracasos y malas dediciones junto a mi fiel compañera la cocaína decidí renunciar a un trabajo al cual pertenecía 6 años e independizarme laboralmente. Ah me faltaba perder algo mas que me pareció raro que algo que este a mi alrededor no se muera o huyera despavorido, así que mi mujer me cambio la cerradura del departamento y es hasta el día de hoy que agradezco a dios la decisión que tomo de no soportar mas las locuras que llega a hacer un adicto crónico y como enfermo todo lo que toca si me dejo, al día se me junto con un hombre y poco después concibe un hijo y yo me había quedado sin trabajo sin familia y a punto de perder el tesoro mas valioso que es mi hija (preguntar) Agustina Trognot. Empezaron las paranoias cada vez más agudas, hasta que llegando casi a los 31 años de edad solo y con mi única esperanza de vida que era comenzar un tratamiento, sucedió el “click” se hizo, no encontraba la forma y la tenia desde hace mucho a mi lado, como iba a pagar un tratamiento si no tenia nada mas que mi enfermedad por enfrentar, mire observe y allí estaba mi camioneta, una fiorino 94 a gas y decidí venderla y apostar a un tratamiento con la plata reunida y así fue. Hoy hace 2 años y un poco mas que me encuentro en rehabilitación y he recuperado las ganas de vivir, termine un a materia pendiente que no pude dar durante 10 años, me recibí de operador terapéutico, puedo hablar y comunicarme un poco mas con mi hermano y su familia, comencé una carrera terciaria, técnico en prevención de adicciones. Lo que me quedo por decirles es que hoy mis sueños que parecieron o eran imposibles lograr que se naturalicen se van cumpliendo de forma sencilla y ordenada, aposte a la vida y lo sigo haciendo sin esperar nada mas que sentirme bien y trabajar por ello desde que me levanto hasta que llega la noche y me acuesto la vida me enseña que jamás algo o alguien puede arrebatarte lo que tu mas amas, agradezco a toda mi familia que hoy elegí y es revivir.
ALEJANDRO ADRIÁN TROGNOT